Hola a tod@s:
Aquí estamos con nuestra segunda entrada de esta particular guía de viaje de Varsovia. Podéis leer la primera entrega *aquí*.
Sin más dilación, continuamos.
Día 2.
Comenzamos nuestro primer día completo en Varsovia recogiendo nuestra tarjeta turística *Warsaw Pass*. Solemos comprar este tipo de tarjetas para no tener que andar comprando entradas en cada museo o sitio de interés que visitamos en la ciudad. Compramos la tarjeta para 3 días, justo el tiempo que íbamos a disfrutar allí y nos costaron 105€ las dos tarjetas. Cogimos la opción con bono de transporte, lo que siempre encarece un poco el precio de la tarjeta, pero es algo que compensa con creces en grandes ciudades.
Nos resultó muy práctico llevar las dos en esta funda con correa, que compramos en unos chinos antes del viaje. Con la London Pass nos dieron una de este tipo y era muy práctico no tener que estar sacando la cartera todo el rato.
Marian, además, llevaba una tarjeta con la frase "Soy alérgica a las setas" escrita en polaco, que le fue muy útil para enseñarla a los camareros en cualquier sitio que fuéramos a comer.
Había tres puntos de recogida, uno de ellos el aeropuerto, pero preferimos recogerla en el que estaba cerca de nuestro hotel, puesto que la oficina del aeropuerto estaría ya cerrada a nuestra llegada. El punto escogido fue el *Palacio de la Cultura y de la Ciencia*, el edificio más alto de la ciudad, regalo no demasiado apreciado de Stalin. Los polacos reniegan de su impuesto pasado comunista, tanto es así que durante mucho tiempo se plantearon demolerlo.
Una de las atracciones incluídas con la tarjeta era la subida al mirador situado en la planta 30ª de esta emblemática torre, así que ya que estábamos allí, aprovechamos para disfrutar de las vistas que ofrece de la ciudad.
Está abierto todos los días, de 10 am a 8 pm.
En el mismo edificio había una exposición temporal de coches y motos antiguas 'Las joyas de la automoción polaca: prototipos, clásicos y leyendas", que aunque no nos entraba, visitamos igualmente. Estaba disponible sólo en verano y la entrada era bastante barata, 25 zlotys (X€).
Nos llamaron mucho la atención los Fiat Polski y otras versiones locales de coches muy conocidos como el Isetta de BMW.
Al salir, nos dieron un panfleto de una exposición interactiva de Selfies a la vuelta que sonaba de lo más divertido. Lamentablemente, no nos dio tiempo a verlo.
A continuación, nuestra intención fue visitar el Palacio Lazienki, pero no dimos con la línea de autobús que nos llevaba allí.
Ni con la de autobús, ni con la de tranvía, y quedaba lejos para ir a pie.
En varios momentos de nuestro viaje echamos en falta que los monumentos o las paradas de transporte público estuvieran mejor indicadas.
Como estamos más acostumbradas a ir en metro en estas ciudades grandes, decidimos cambiar de planes y visitar lo que nos quedara cerca de alguna estación de metro.
Así que pensamos que lo más factible era visitar la ciudad vieja (Stare Miasto, en polaco).
Fue un poquito difícil llegar. Echamos de menos que las zonas turísticas y los monumentos a pie de calle estuvieran mejor indicados. Además, había calles en obras, lo que dificultaba seguir las escasas indicaciones.
Pero como dice el refrán, "Quien tiene boca a Roma llega", así que finalmente acabamos preguntando cómo llegar.
Lo que veis en la foto bajo este párrafo es el Castillo Real, que suele albergar exposiciones de pintura.
En esa misma plaza está la Columna de Segismundo III. Data del siglo 17 y honra al rey que trasladó la capital de Cracovia a Varsovia en 1596. La estatua original resultó destruída durante la segunda guerra mundial -como casi toda la ciudad- y la que vemos hoy en día se erigió en 1949.
La zona es el punto de encuentro por excelencia de quienes quedan con alguien y estaba de lo más animada: músicos callejeros, los típicos coches de caballos que pasaban...
Hablando de músicos callejeros, había varios niños, de unos 8 años, que tocaban "Despacito" con el acordeón.
Tras un rato paseando por las calles de la ciudad vieja (y después de parar a tomar un helado), fuimos en metro hasta la estación Centrum Nauki Kopernik, para visitar el Planetario Copérnico.
Tuvimos tiempo de ver la exposición antes de la proyección en 3D, sobre las estrellas, constelaciones y los descubrimientos de la civilización maya sobre astronomía.
A la salida del planetario, estuvimos dando un paseo por la zona, a la orilla del Vístula, aprovechando que hacía un tiempo estupendo.
Además, ya se estaba poniendo el sol, así que era el momento perfecto para hacer algunas fotos.
Con esto dimos el día por finalizado, así que hora de coger el metro y de vuelta al hotel.
Ya os adelantamos que al día siguiente encontramos una solución estupenda para buscar la parada de autobús o tranvía que nos lleve a lo que queremos visitar.
Así que no os perdáis la siguiente entrega de esta particular guía de viaje de Varsovia.
Hasta pronto.
Aquí estamos con nuestra segunda entrada de esta particular guía de viaje de Varsovia. Podéis leer la primera entrega *aquí*.
Sin más dilación, continuamos.
Día 2.
Comenzamos nuestro primer día completo en Varsovia recogiendo nuestra tarjeta turística *Warsaw Pass*. Solemos comprar este tipo de tarjetas para no tener que andar comprando entradas en cada museo o sitio de interés que visitamos en la ciudad. Compramos la tarjeta para 3 días, justo el tiempo que íbamos a disfrutar allí y nos costaron 105€ las dos tarjetas. Cogimos la opción con bono de transporte, lo que siempre encarece un poco el precio de la tarjeta, pero es algo que compensa con creces en grandes ciudades.
Nos resultó muy práctico llevar las dos en esta funda con correa, que compramos en unos chinos antes del viaje. Con la London Pass nos dieron una de este tipo y era muy práctico no tener que estar sacando la cartera todo el rato.
Marian, además, llevaba una tarjeta con la frase "Soy alérgica a las setas" escrita en polaco, que le fue muy útil para enseñarla a los camareros en cualquier sitio que fuéramos a comer.
Había tres puntos de recogida, uno de ellos el aeropuerto, pero preferimos recogerla en el que estaba cerca de nuestro hotel, puesto que la oficina del aeropuerto estaría ya cerrada a nuestra llegada. El punto escogido fue el *Palacio de la Cultura y de la Ciencia*, el edificio más alto de la ciudad, regalo no demasiado apreciado de Stalin. Los polacos reniegan de su impuesto pasado comunista, tanto es así que durante mucho tiempo se plantearon demolerlo.
Una de las atracciones incluídas con la tarjeta era la subida al mirador situado en la planta 30ª de esta emblemática torre, así que ya que estábamos allí, aprovechamos para disfrutar de las vistas que ofrece de la ciudad.
Está abierto todos los días, de 10 am a 8 pm.
En el mismo edificio había una exposición temporal de coches y motos antiguas 'Las joyas de la automoción polaca: prototipos, clásicos y leyendas", que aunque no nos entraba, visitamos igualmente. Estaba disponible sólo en verano y la entrada era bastante barata, 25 zlotys (X€).
Nos llamaron mucho la atención los Fiat Polski y otras versiones locales de coches muy conocidos como el Isetta de BMW.
Al salir, nos dieron un panfleto de una exposición interactiva de Selfies a la vuelta que sonaba de lo más divertido. Lamentablemente, no nos dio tiempo a verlo.
A continuación, nuestra intención fue visitar el Palacio Lazienki, pero no dimos con la línea de autobús que nos llevaba allí.
Ni con la de autobús, ni con la de tranvía, y quedaba lejos para ir a pie.
En varios momentos de nuestro viaje echamos en falta que los monumentos o las paradas de transporte público estuvieran mejor indicadas.
Como estamos más acostumbradas a ir en metro en estas ciudades grandes, decidimos cambiar de planes y visitar lo que nos quedara cerca de alguna estación de metro.
Así que pensamos que lo más factible era visitar la ciudad vieja (Stare Miasto, en polaco).
Fue un poquito difícil llegar. Echamos de menos que las zonas turísticas y los monumentos a pie de calle estuvieran mejor indicados. Además, había calles en obras, lo que dificultaba seguir las escasas indicaciones.
Pero como dice el refrán, "Quien tiene boca a Roma llega", así que finalmente acabamos preguntando cómo llegar.
Lo que veis en la foto bajo este párrafo es el Castillo Real, que suele albergar exposiciones de pintura.
En esa misma plaza está la Columna de Segismundo III. Data del siglo 17 y honra al rey que trasladó la capital de Cracovia a Varsovia en 1596. La estatua original resultó destruída durante la segunda guerra mundial -como casi toda la ciudad- y la que vemos hoy en día se erigió en 1949.
La zona es el punto de encuentro por excelencia de quienes quedan con alguien y estaba de lo más animada: músicos callejeros, los típicos coches de caballos que pasaban...
Hablando de músicos callejeros, había varios niños, de unos 8 años, que tocaban "Despacito" con el acordeón.
Tras un rato paseando por las calles de la ciudad vieja (y después de parar a tomar un helado), fuimos en metro hasta la estación Centrum Nauki Kopernik, para visitar el Planetario Copérnico.
Tuvimos tiempo de ver la exposición antes de la proyección en 3D, sobre las estrellas, constelaciones y los descubrimientos de la civilización maya sobre astronomía.
Además, ya se estaba poniendo el sol, así que era el momento perfecto para hacer algunas fotos.
Con esto dimos el día por finalizado, así que hora de coger el metro y de vuelta al hotel.
Ya os adelantamos que al día siguiente encontramos una solución estupenda para buscar la parada de autobús o tranvía que nos lleve a lo que queremos visitar.
Así que no os perdáis la siguiente entrega de esta particular guía de viaje de Varsovia.
Hasta pronto.
Hi everyone,
Here we are with the second part of our own Warsaw travel guide.
You can read the first part *here*.
Without further ado, let's go, girls.
Day 2.
Our first full day in Warsaw began by collecting our tourist passes, *Warsaw Pass*. We usually by these cards as it's very convenient to not worry about buying tickets for every single museum or sight that you visit.
Our pass was for 3 days, which was exactly the time we'd be spending there and paid €105 for both passes. The one we got gave us access to the combined local public transport which made it a bit more expensive option, but it is totally worth it for large cities.
Here's a trick: it was very convenient for us to put both in a plastic sleeve around our neck. We'd bought this before our journey, at a local euro store. We got the idea from the strap we were given with the London Pass and not having to get our purse out all the time was a blessing.
Besides, Marian could carry a card with the sentence "I am allergic to mushrooms" translated into Polish. She showed it in every restaurant we had lunch or dinner.
Passes can be collected at three different locations. We chose to pick ours at the one closest to our hotel, as the office in the airport would be closed by the time we were there. The *Palace of Culture and Science* is the city's tallest building, a not very appreciated gift from Stalin. Polish people resent so much their imposed communist past that they considered knocking it down for a while.
One of the attractions included in the Warsaw Pass is access to the observation deck on the 30th floor. As we were there already, it was the perfect excuse to cross it out of our to-see list and enjoy the view over the city.
It opens daily from 10am to 8pm.
There was a temporary automotive exhibition called 'The automotive jewels of Poland: The Prototypes, the Classics, The Legends' in the same building that we went on, despite the fact that it wasn't included in the pass. It was a summer event and a very affordable one, at 25 zlotys (€X).
Highlights of that for us were the local Fiat Polski and their versions of iconic cars like BMW's Isetta.
On our way out, we were given a flyer for what seemed a really cool interactive exhibitions on Selfies just round the corner. Unfortunately, we didn't have time to check it out in the end.
Next, we had intended to visit Lazienki Palace, but unfortunately we didn't find the bus stop to get there.
Neither bus nor tram stops, and the place was too far to get there on foot.
There were several times on this journey were we felt more street signposts for sights and access to public transport were needed.
We find the underground easier to get around in these big cities, so we changed our minds and decided to visit whatever landmarks were near metro stations.
Anyway, we thought the best thing would be to visit the old town (Stare Miasto, in Polish).
However, it still was a bit difficult to get there.
We missed indications in that area for visitors trying to reach different street sights on foot. Besides, there were some streets under construction, so it was even more difficult to follow the few indications.
But, as the saying goes, if you can speak, you can get anywhere, so we ended up asking passersby for directions.
What you see in the pic underneath this paragraph is the Royal Castle that houses several art exhibitions. In the same square, you can see the king Zygmunt III column, honouring the monarch who in 1596 moved the capital from Kraków to Warsaw.
The statue fell -like most of the city- during World War II and the present one was erected in 1949.
This is where everyone meets up in the area and is always bustling with activity: street buskers, horse-drawn carriages, etc.
Talking about street musicians, there were several kids, about 8 years old, playing 'Despacito' on their accordion.
After a few minutes leisurely pacing the old town (and a stop for some ice-cream) we got the underground to the Centrum Nauki Kopernik to visit the Planetarium in the Copernicus Science Centre complex.
We only had a few minutes to see the place before the 3D film screening began. It began with an explanation (in Polish) about the stars, the different constellations and then that day was followed by a short documentary about the Mayans and their knowledge on astronomy.
On our way out, we took a short walk along the area, right by the Vistula river, as the weather was really nice.
The sun was setting and dawn is a great time for pictures.
We called it a day and so we got on the underground again and headed back to our hotel.
Let us tell you that the next day we did find a great way to get around in the city, and to locate bus or tram stops for the routes taking us to the different sights.
That means you can't miss the next installment in this new Warsaw Travel series.
See you.
Here we are with the second part of our own Warsaw travel guide.
You can read the first part *here*.
Without further ado, let's go, girls.
Day 2.
Our first full day in Warsaw began by collecting our tourist passes, *Warsaw Pass*. We usually by these cards as it's very convenient to not worry about buying tickets for every single museum or sight that you visit.
Our pass was for 3 days, which was exactly the time we'd be spending there and paid €105 for both passes. The one we got gave us access to the combined local public transport which made it a bit more expensive option, but it is totally worth it for large cities.
Here's a trick: it was very convenient for us to put both in a plastic sleeve around our neck. We'd bought this before our journey, at a local euro store. We got the idea from the strap we were given with the London Pass and not having to get our purse out all the time was a blessing.
Besides, Marian could carry a card with the sentence "I am allergic to mushrooms" translated into Polish. She showed it in every restaurant we had lunch or dinner.
Passes can be collected at three different locations. We chose to pick ours at the one closest to our hotel, as the office in the airport would be closed by the time we were there. The *Palace of Culture and Science* is the city's tallest building, a not very appreciated gift from Stalin. Polish people resent so much their imposed communist past that they considered knocking it down for a while.
One of the attractions included in the Warsaw Pass is access to the observation deck on the 30th floor. As we were there already, it was the perfect excuse to cross it out of our to-see list and enjoy the view over the city.
It opens daily from 10am to 8pm.
There was a temporary automotive exhibition called 'The automotive jewels of Poland: The Prototypes, the Classics, The Legends' in the same building that we went on, despite the fact that it wasn't included in the pass. It was a summer event and a very affordable one, at 25 zlotys (€X).
Highlights of that for us were the local Fiat Polski and their versions of iconic cars like BMW's Isetta.
On our way out, we were given a flyer for what seemed a really cool interactive exhibitions on Selfies just round the corner. Unfortunately, we didn't have time to check it out in the end.
Next, we had intended to visit Lazienki Palace, but unfortunately we didn't find the bus stop to get there.
Neither bus nor tram stops, and the place was too far to get there on foot.
There were several times on this journey were we felt more street signposts for sights and access to public transport were needed.
We find the underground easier to get around in these big cities, so we changed our minds and decided to visit whatever landmarks were near metro stations.
Anyway, we thought the best thing would be to visit the old town (Stare Miasto, in Polish).
However, it still was a bit difficult to get there.
We missed indications in that area for visitors trying to reach different street sights on foot. Besides, there were some streets under construction, so it was even more difficult to follow the few indications.
But, as the saying goes, if you can speak, you can get anywhere, so we ended up asking passersby for directions.
What you see in the pic underneath this paragraph is the Royal Castle that houses several art exhibitions. In the same square, you can see the king Zygmunt III column, honouring the monarch who in 1596 moved the capital from Kraków to Warsaw.
The statue fell -like most of the city- during World War II and the present one was erected in 1949.
This is where everyone meets up in the area and is always bustling with activity: street buskers, horse-drawn carriages, etc.
Talking about street musicians, there were several kids, about 8 years old, playing 'Despacito' on their accordion.
After a few minutes leisurely pacing the old town (and a stop for some ice-cream) we got the underground to the Centrum Nauki Kopernik to visit the Planetarium in the Copernicus Science Centre complex.
We only had a few minutes to see the place before the 3D film screening began. It began with an explanation (in Polish) about the stars, the different constellations and then that day was followed by a short documentary about the Mayans and their knowledge on astronomy.
On our way out, we took a short walk along the area, right by the Vistula river, as the weather was really nice.
The sun was setting and dawn is a great time for pictures.
We called it a day and so we got on the underground again and headed back to our hotel.
Let us tell you that the next day we did find a great way to get around in the city, and to locate bus or tram stops for the routes taking us to the different sights.
That means you can't miss the next installment in this new Warsaw Travel series.
See you.
Que bien vienen estas guías. Nosotros estamos ahora por Alemania Holanda y Bélgica y los detalles se agradecen un montón
ResponderEliminarBesitos!
Hala! Pues ya nos contarás que tal.
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