Hola de nuevo:
Hoy os traemos un recorrido por la recta final de nuestro viaje a Dublín. Queremos contaros tantas cosas que claro, las entradas se alargan, así que para que no se haga tan pesado, lo hemos ido dividiendo en varias partes: *una*, *dos* y *tres*.
Día 4:
Comenzamos el día visitando Dublinia, una exposición interactiva que nos transporta al Dublín vikingo y medieval. Si viajáis con niños, les resultará muy entretenida. Tenéis desde reproducciones de una cabaña vikinga a información sobre cómo se trataban las enfermedades. Queríamos haberla visitado otro día, pero cerraba algo pronto y no nos dio tiempo, así que fue lo primero que vimos ese día.
La exposición ocupa parte de la catedral de Christ Church. La entrada es gratuita para los usuarios de la tarjeta Dublin Pass.
Desde alli nos fuimos a dar un paseo por Grafton Street, en busca de nuestra siguiente visita turística del día: una casa típica georgiana, en el número 29 de Fitzwilliam Street. Al final de Grafton Street, nos encontramos con el Centro Comercial St. Stephen's Green, al que volvimos después.
Lamentablemente, dimos un rodeo tremendo para llegar hasta allí, porque no estaba nada bien indicado, así que para que no os pase lo mismo, os dejamos unas indicaciones: Una vez lleguéis al centro comercial, tenéis que seguir de frente, de modo que dejéis el parque de St. Stephens Green a vuestra derecha. Tenéis que continuar de frente durante casi unos 10 minutos. Después, tenéis que girar a la izquierda, y ya estáis en Fitzwilliam Street Lower. Sólo tenéis que caminar unos pocos metros. Eso sí, no esperéis encontrar un gran indicador, que podáis ver desde lejos.
La casa está amueblada tanto con muebles originales de la familia como con piezas prestadas por el Museo Nacional de Irlanda, a fin de presentarlas en un contexto. Nos resultó curioso el sistema antiratas de la despensa. La visita se hace en pequeños grupos acompañados por un guía, que entre otras curiosidades nos contó que en aquella época había que pagar un impuesto que gravaba los espejos, según el número y especialmente el tamaño. Las ventanas eran también un bien muy preciado. Tenéis más información en español sobre la casa *aquí*. La casa-museo dispone de una pequeña cafetería por si necesitáis reponer fuerzas.
La visita es gratuita para los usuarios de la tarjeta Dublin Pass.
Como comentamos más arriba, después de visitar la casa del Nº 29 regresamos a St. Stepthen's Green para comer en uno de los restaurantes. Y después de comer, nos dimos una vuelta por las tiendas, pero eso mejor os lo contaremos en otra entrada.
Día 5:
Comenzamos nuestro último día completo en la capital irlandesa visitando la cárcel de Kilmainham. Aunque evidentemente no es una visita agradable, sí que permite conocer un poco mejor algunos de los periodos más oscuros de la historia de la isla. Durante la Crisis de la Patata, conocida también como Gran Hambruna Irlandesa, que afectó al país aproximadamente de 1845-1849, sufrió una gran masificación, ya que mucha gente delinquía para al menos, poder comer aunque para ello tuviera que estar entre rejas.
Entre sus muros han cumplido condena muchos de los líderes de las revueltas independentistas que tuvieron lugar en el país. De entre todos ellos, resultaba especialmente triste la historia de Joseph Plunkett, que fue ejecutado por su participación en el Alzamiento de Pascua de 1916, horas después de haber contraído matrimonio con Grace Guifford en la capilla de la cárcel, punto de partida de la visita guiada. En Kilmainham cumplieron condena tanto hombres como mujeres.
Esta cárcel ha sido utilizada para rodar diversas películas y hasta un video de U2. Su patio interior ha sido copiado por varias cárceles en todo el mundo.
No estaba demasiado bien indicado cómo llegar desde la parada del LUAS, así que tuvimos que preguntar. Está a unos cinco-diez minutos andando desde allí, pasando una gasolinera.
Después de visitar la cárcel, decidimos ir hasta la fábrica de la que yo creo que es la cerveza más famosa de Irlanda, la cerveza Guinness.
La fábrica/museo consta de varias plantas, cada una de las cuales está dedicada a conocer más sobre los distintos pasos de la fabricación y distribución de esta famosa cerveza.
La visita lleva un buen rato, y ellos lo saben, así que hay varios restaurantes en los que podréis reponer fuerzas. En algunos, incluso podréis disfrutar de música irlandesa en directo.
[La tarta, como no, es de cerveza Guinness y chocolate / Naturally, the cake is a Guinness and chocolate cake.]
La entrada incluye una invitación a una pinta de Guinness, en el bar de la última planta. Nosotras, que no somos demasiado cerveceras, pedimos media pinta cada una. Sabed que en Irlanda, pedir media pinta de cerveza sólo está bien visto en las chicas.
Este bar tiene una cristalera enorme desde la que podréis disfrutar de una fantástica panorámica de la ciudad.
Para finalizar nuestro último día completo en Dublín, no hay cosa mejor que un paseo tranquilo, entrando en cuantas tiendas nos llamen la atención (aunque no compremos, jeje).
Esperamos que os haya gustado nuestra guía de viaje de Dublín.
Hoy os traemos un recorrido por la recta final de nuestro viaje a Dublín. Queremos contaros tantas cosas que claro, las entradas se alargan, así que para que no se haga tan pesado, lo hemos ido dividiendo en varias partes: *una*, *dos* y *tres*.
Día 4:
Comenzamos el día visitando Dublinia, una exposición interactiva que nos transporta al Dublín vikingo y medieval. Si viajáis con niños, les resultará muy entretenida. Tenéis desde reproducciones de una cabaña vikinga a información sobre cómo se trataban las enfermedades. Queríamos haberla visitado otro día, pero cerraba algo pronto y no nos dio tiempo, así que fue lo primero que vimos ese día.
La exposición ocupa parte de la catedral de Christ Church. La entrada es gratuita para los usuarios de la tarjeta Dublin Pass.
Desde alli nos fuimos a dar un paseo por Grafton Street, en busca de nuestra siguiente visita turística del día: una casa típica georgiana, en el número 29 de Fitzwilliam Street. Al final de Grafton Street, nos encontramos con el Centro Comercial St. Stephen's Green, al que volvimos después.
Lamentablemente, dimos un rodeo tremendo para llegar hasta allí, porque no estaba nada bien indicado, así que para que no os pase lo mismo, os dejamos unas indicaciones: Una vez lleguéis al centro comercial, tenéis que seguir de frente, de modo que dejéis el parque de St. Stephens Green a vuestra derecha. Tenéis que continuar de frente durante casi unos 10 minutos. Después, tenéis que girar a la izquierda, y ya estáis en Fitzwilliam Street Lower. Sólo tenéis que caminar unos pocos metros. Eso sí, no esperéis encontrar un gran indicador, que podáis ver desde lejos.
La casa está amueblada tanto con muebles originales de la familia como con piezas prestadas por el Museo Nacional de Irlanda, a fin de presentarlas en un contexto. Nos resultó curioso el sistema antiratas de la despensa. La visita se hace en pequeños grupos acompañados por un guía, que entre otras curiosidades nos contó que en aquella época había que pagar un impuesto que gravaba los espejos, según el número y especialmente el tamaño. Las ventanas eran también un bien muy preciado. Tenéis más información en español sobre la casa *aquí*. La casa-museo dispone de una pequeña cafetería por si necesitáis reponer fuerzas.
La visita es gratuita para los usuarios de la tarjeta Dublin Pass.
Como comentamos más arriba, después de visitar la casa del Nº 29 regresamos a St. Stepthen's Green para comer en uno de los restaurantes. Y después de comer, nos dimos una vuelta por las tiendas, pero eso mejor os lo contaremos en otra entrada.
Día 5:
Comenzamos nuestro último día completo en la capital irlandesa visitando la cárcel de Kilmainham. Aunque evidentemente no es una visita agradable, sí que permite conocer un poco mejor algunos de los periodos más oscuros de la historia de la isla. Durante la Crisis de la Patata, conocida también como Gran Hambruna Irlandesa, que afectó al país aproximadamente de 1845-1849, sufrió una gran masificación, ya que mucha gente delinquía para al menos, poder comer aunque para ello tuviera que estar entre rejas.
Entre sus muros han cumplido condena muchos de los líderes de las revueltas independentistas que tuvieron lugar en el país. De entre todos ellos, resultaba especialmente triste la historia de Joseph Plunkett, que fue ejecutado por su participación en el Alzamiento de Pascua de 1916, horas después de haber contraído matrimonio con Grace Guifford en la capilla de la cárcel, punto de partida de la visita guiada. En Kilmainham cumplieron condena tanto hombres como mujeres.
Esta cárcel ha sido utilizada para rodar diversas películas y hasta un video de U2. Su patio interior ha sido copiado por varias cárceles en todo el mundo.
No estaba demasiado bien indicado cómo llegar desde la parada del LUAS, así que tuvimos que preguntar. Está a unos cinco-diez minutos andando desde allí, pasando una gasolinera.
Después de visitar la cárcel, decidimos ir hasta la fábrica de la que yo creo que es la cerveza más famosa de Irlanda, la cerveza Guinness.
La fábrica/museo consta de varias plantas, cada una de las cuales está dedicada a conocer más sobre los distintos pasos de la fabricación y distribución de esta famosa cerveza.
La visita lleva un buen rato, y ellos lo saben, así que hay varios restaurantes en los que podréis reponer fuerzas. En algunos, incluso podréis disfrutar de música irlandesa en directo.
[La tarta, como no, es de cerveza Guinness y chocolate / Naturally, the cake is a Guinness and chocolate cake.]
La entrada incluye una invitación a una pinta de Guinness, en el bar de la última planta. Nosotras, que no somos demasiado cerveceras, pedimos media pinta cada una. Sabed que en Irlanda, pedir media pinta de cerveza sólo está bien visto en las chicas.
Este bar tiene una cristalera enorme desde la que podréis disfrutar de una fantástica panorámica de la ciudad.
Para finalizar nuestro último día completo en Dublín, no hay cosa mejor que un paseo tranquilo, entrando en cuantas tiendas nos llamen la atención (aunque no compremos, jeje).
Esperamos que os haya gustado nuestra guía de viaje de Dublín.
Hi again,
Today we have the final installment in our Dublin Travel Guide series. We want to tell you so much that posts inevitably end up being quite lengthy, so in order to make them less tiresome, we've split those into several parts: *one*, *two* and *three*.
Day 4:
We began our day with a visit to Dublinia, an exhibition that takes you back to life in Viking and Medieval Dublin. If you're travelling with children, this will be fun and informative. There are reproductions of a viking home and information about how different ailments were treated.
We had meant to go see this on a different day, but closing time was earlier than other places on our list and didn't have time to do it, so that's why we decided to visit this first thing this day.
The exhibition occupies part of Christ Church Cathedral. Entry is free for Dublin Pass cardholders.
From there, we went for a walk along Grafton Street, looking for our next site to visit that day: a typical Georgian house, at Number 29 Fitzwilliam Street. At the end of Grafton Street, we found the St. Stephen's Green Shopping Centre, where we went back afterwards for some shopping.
Unfortunately, we run around to get there, because the place was not so clearly signposted, so we'll leave you some directions: once you get to the shopping centre, you have to go straight on, leaving St. Stephen's Green Park on your right side.
Now keep going straight on for almost 10 minutes. Then you have to turn left, and you already are at Fitzwilliam Street Lower. You just have to walk a few metres. But don't expect to find a big sign that can be seen from afar indicating you where it is.
The house is furnished with both original pieces as well as furniture on loan from the National Museum of Ireland, with the aim of showing the pieces in context. Click *here* for further information about the House.
The system against rats in the pantry was very witty.
Tours are available for small groups, accompanied by a guide, who told us, among other curiosities, that there was a special tax for mirrors at that time, depending on the number of them, and especially on their size.
Windows were also a most appreciated asset.
There is a small café in the house/museum, in case you need to restock on energy.
Dublin Pass cardholders will have free access to the House.
As we told you above, after visiting Number 29, we went back to St. Stephen's Green Shopping Centre to have lunch in one of its restaurants. And after lunch, we popped into some of the stores in there, but we'd better tell you about that in another post.
Day 5:
We began our last day in the Irish capital by visiting Kilmainham Gaol. Though it cannot be described as a pleasureable experience, it does provide a better insight into some of the darkest times in the island's history. During the Irish Potato Famine that affected the nation from aproximately 1845-1849 the prison was overcrowded, as people would commit crimes to be sent there, so as at least not to starve.
Kilmainham Gaol was home to many leaders of Irish rebellions. Among them, the story of Joseph Plunkett was particularly sad. He was married in the prison chapel to his sweetheart Grace Guifford, only to be executed a few hours later for his part in the 1916 Easter Rising. Both men and women were imprisoned between its walls.
The prison has been used as as a filming set in several movies and even a U2 music video. The Victorian Wing aka Easter wing has been copied by many jails throughout the world.
There were no directions to it at the LUAS stop, so we had to ask. I'd say it was a five/ten-minute walk from there, you have to walk past a petrol station.
After visiting the jail, we decided to see the factory of the most famous beer in Ireland, Guinness Porter & stout beers.
The Guinness Storehouse is built on several floors, each one of them is dedicated to learning more about the different steps in the manufacturing and distribution process of this famous beer.
[El contrato de arrendamiento que firmó el Sr. Guinness fue por... 9000 años / Sir A. Guinness signed a... 9,000-year lease.]
The tour takes quite a while, and they do know that, so there are a few restaurants along the way where you can have a bite. In some of them, you can even enjoy live irish music.
The ticket includes a complimentary drink of Guinness, at the bar on the top floor. As we are not very fond of beer, we just ordered 1/2 pint each.
[Una vez tirada, la cerveza tiene que reposar durante dos minutos / Once poured and served, the beer has to stand for two minutes. ]
Let me tell you that in Ireland, ordering 1/2 pint of beer is only accepted if you're a girl.
This bar has an enormous glass front, from where you can enjoy the fantastic panoramic view of the city.
Our last full day in Dublin is coming to an end, so the best thing to do now is to go for a quiet walk, coming into every store that attracts our attention (even if we don't buy anything, lol).
I hope you enjoyed our Dublin Travel Guide series.
Today we have the final installment in our Dublin Travel Guide series. We want to tell you so much that posts inevitably end up being quite lengthy, so in order to make them less tiresome, we've split those into several parts: *one*, *two* and *three*.
Day 4:
We began our day with a visit to Dublinia, an exhibition that takes you back to life in Viking and Medieval Dublin. If you're travelling with children, this will be fun and informative. There are reproductions of a viking home and information about how different ailments were treated.
We had meant to go see this on a different day, but closing time was earlier than other places on our list and didn't have time to do it, so that's why we decided to visit this first thing this day.
The exhibition occupies part of Christ Church Cathedral. Entry is free for Dublin Pass cardholders.
From there, we went for a walk along Grafton Street, looking for our next site to visit that day: a typical Georgian house, at Number 29 Fitzwilliam Street. At the end of Grafton Street, we found the St. Stephen's Green Shopping Centre, where we went back afterwards for some shopping.
Unfortunately, we run around to get there, because the place was not so clearly signposted, so we'll leave you some directions: once you get to the shopping centre, you have to go straight on, leaving St. Stephen's Green Park on your right side.
Now keep going straight on for almost 10 minutes. Then you have to turn left, and you already are at Fitzwilliam Street Lower. You just have to walk a few metres. But don't expect to find a big sign that can be seen from afar indicating you where it is.
The house is furnished with both original pieces as well as furniture on loan from the National Museum of Ireland, with the aim of showing the pieces in context. Click *here* for further information about the House.
The system against rats in the pantry was very witty.
Tours are available for small groups, accompanied by a guide, who told us, among other curiosities, that there was a special tax for mirrors at that time, depending on the number of them, and especially on their size.
Windows were also a most appreciated asset.
There is a small café in the house/museum, in case you need to restock on energy.
Dublin Pass cardholders will have free access to the House.
As we told you above, after visiting Number 29, we went back to St. Stephen's Green Shopping Centre to have lunch in one of its restaurants. And after lunch, we popped into some of the stores in there, but we'd better tell you about that in another post.
Day 5:
We began our last day in the Irish capital by visiting Kilmainham Gaol. Though it cannot be described as a pleasureable experience, it does provide a better insight into some of the darkest times in the island's history. During the Irish Potato Famine that affected the nation from aproximately 1845-1849 the prison was overcrowded, as people would commit crimes to be sent there, so as at least not to starve.
Kilmainham Gaol was home to many leaders of Irish rebellions. Among them, the story of Joseph Plunkett was particularly sad. He was married in the prison chapel to his sweetheart Grace Guifford, only to be executed a few hours later for his part in the 1916 Easter Rising. Both men and women were imprisoned between its walls.
The prison has been used as as a filming set in several movies and even a U2 music video. The Victorian Wing aka Easter wing has been copied by many jails throughout the world.
There were no directions to it at the LUAS stop, so we had to ask. I'd say it was a five/ten-minute walk from there, you have to walk past a petrol station.
After visiting the jail, we decided to see the factory of the most famous beer in Ireland, Guinness Porter & stout beers.
The Guinness Storehouse is built on several floors, each one of them is dedicated to learning more about the different steps in the manufacturing and distribution process of this famous beer.
[El contrato de arrendamiento que firmó el Sr. Guinness fue por... 9000 años / Sir A. Guinness signed a... 9,000-year lease.]
The tour takes quite a while, and they do know that, so there are a few restaurants along the way where you can have a bite. In some of them, you can even enjoy live irish music.
The ticket includes a complimentary drink of Guinness, at the bar on the top floor. As we are not very fond of beer, we just ordered 1/2 pint each.
[Una vez tirada, la cerveza tiene que reposar durante dos minutos / Once poured and served, the beer has to stand for two minutes. ]
Let me tell you that in Ireland, ordering 1/2 pint of beer is only accepted if you're a girl.
This bar has an enormous glass front, from where you can enjoy the fantastic panoramic view of the city.
Our last full day in Dublin is coming to an end, so the best thing to do now is to go for a quiet walk, coming into every store that attracts our attention (even if we don't buy anything, lol).
I hope you enjoyed our Dublin Travel Guide series.
Sois muy buenas guías jeje
ResponderEliminarLa verdad es que está bien ver fotos de los viajes de la gente, y descubrir qué lugares les han llamado la atención y demás.
Y esa tarta que enseñáis me ha abierto el apetito jeje. Tiene muy buena pinta :P
Chicas, fue un viaje genial en el que hubo de todo un poco! Me quedo especialmente con Dublinia, como decís a mis nenas les habría encantado, sobre todo a marina que es más mayorcita y muestra mucha curiosidad por todo (6 años)...la otra no aseguro que no hubiese acabado en algún caldero, porque es un trasto jajaja! BESOS!
ResponderEliminarOjalá pueda ir alguna vez! besos
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este post. Me encantaría visitar Dublin.
ResponderEliminarBesos